6 de marzo de 2012

Boetti. Estrategia de juego.

Alighiero Boetti (Roma 1940 – Turín 1994) es de los artistas conceptuales que más revuelo levanta últimamente. Imposible perdérmelo porque la curiosidad podía conmigo, así que allá que fui el día antes de que quitaran la expo del Museo Reina Sofía (MNCARS).
El arte Povera marcó los comienzos del artista a finales de los 60 con una serie de esculturas, así que ya solo este detalle nos avisa de que no es un artista fácil, aunque la expo sí resulta amena. Aviso, todo lo que lleve Povera por algún lado requiere cierta concentración por nuestra parte.
Las grandes salas del museo reúnen gran parte de lo que constituyó no solo el grueso de su obra sino lo que acabó siendo su sello inconfundible, o sea, la serie de mapas bordados.

 Visión general de la muestra de Boetti en el MNCARS.

En 1971, Boetti visita Kabul por 1ª vez y desde entonces inicia la producción de los “típicos” mapas del mundo que todos conocemos y que recordamos del colegio. Aquí es cuando llegan los que no reúnen muchos conocimientos sobre teoría y arte contemporáneo, y alucinan, ¿porqué? ¿qué tiene de artístico? ¿Si no inventa nada nuevo? ¡Y para colmo, ni siquiera los produce él mismo! Bien, voy a intentar explicarlo.

 

 Mapa de 1971, Boetti

Esta serie se compone de más de 100 tapices y se lleva a cabo a lo largo de dos décadas (70-80). Veinte años en los que el mundo cambia a gran velocidad. Los países varían en tamaño, los gobiernos suben o bajan, las naciones se unifican o separan. Lo sabemos, pero esta visión geográfica y política adquiere además una connotación filosófica que los libros de historia no aportan. El artista sitúa encima de cada país su bandera correspondiente y añade variaciones en los mapas al usar distintos formatos cartográficos vigentes en cada época. Podemos apreciar cómo el mundo cambia no sólo según la situación política de cada país sino dependiendo de la perspectiva cartográfica que se use.  

Mapas de Boetti
Por otro lado, el trabajo artesanal recae en la responsabilidad de trabajadoras afganas que Boetti selecciona para ello. Las bordadoras tuvieron libertad a la hora de elegir el color del mar, lo que aportó un factor fundamental en la obra de Boetti, la casualidad. Al tratarse de trabajadoras no occidentales, imaginaban el mundo bajo otras fórmulas cartográficas y no se percataban de que ciertos lagos o masas de agua eran tales por lo que los coloreaban de otros colores.
Llegados a este punto, Boetti se “tira” un farol y describe su obra de arte como perfecta porque él no hace nada, solo propone un modelo que ya existía y encarga otra variante permitiendo el factor sorpresa. Que no cunda el pánico, no es cierto. Para empezar la parte artística reside en la mente que idea todo el proyecto, y eso no podemos negarlo, proviene de Boetti. Para continuar, es él también quién nos recuerda con todo este proyecto que la posmodernidad pone en entredicho los ideales de la Ilustración, que al igual que Boetti, cree en modos alternativos de pensamiento. Esto, que ahora nos resulta tan obvio es fundamental y revolucionario.

A estas alturas ya tenemos una serie de características que nos ayudan a comprender un poco más la obra de Boetti. Vamos a por otro concepto, la importancia del sexto sentido(imaginativo e intuitivo), la poética de sus imágenes y la importancia de lo casual en contra posición al pensamiento analítico.

El resto de la muestra no hace más que insistir en los otros factores que obsesionan a Boetti, azar y juego, apreciable por ejemplo en este tapiz con base lingüística, 


o el concepto de orden y desorden, que según explica él mismo es difícil de seguir cuando uno no conoce las reglas del juego, por lo que no se está capacitado para apreciar el orden de las cosas.

Sin título, 1969. Boetti
Tinta y pegatinas sobre papel

En Aerei, esta vez a cargo de diseñadores gráficos, juega con el concepto del ocio, se busca un entretenimiento, malgastar el tiempo, actos en definitiva que además generan obras. Hay un rechazo al trabajo, a la vez que una ordenación del tiempo,  
“el tiempo es verdaderamente fundamental; subyace a todo. Es lo único mágico. Todo tiene su propio tiempo”
(Boetti)

 Aerei (Aviones), 1989. Boetti
Tinta sobre papel fotosensible montado sobre lienzo. 
Tres paneles.

Conclusión, que Boetti es el pionero en arrebatar el papel al autor, un concepto básico para el arte actual. Por último, recordar las influencias fundamentales de la poesía de Rimbaud (el primero en expresar Yo soy yo y el otro) y de Duchamp con su alter ego Rose Sélavy (1920) sobre el conjunto de la obra de Boetti, así como en el arte contemporáneo en general.

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