30 de junio de 2011

The Pollini Project


La otra noche fui a un concierto de piano. Era mi primera vez y me encantó. Aprendí muchas cosas de una atacada, como que no se aplaude entre piezas, que no se puede hacer ni un solo ruido (se recomienda toser mucho antes de que empiece el concierto, claro, para no ser el típico molesto al que todos miran mal) o que se pueden pedir copitas de vino por adelantado y así en el descanso no hay que pelearse con toda la marabunta de gente porque tu bebida espera ya en una mesa con tu nombre escrito debajo (ah, también aprendí que la gente respeta esto y no te la roban).
El concierto en sí pertenece al Proyecto Pollini (léase, por favor, Polini), en inglés The Pollini Project. Resulta (perdón por mi ignorancia) que Maurizio Pollini es uno de los mejores pianistas de la actualidad. Suyo es éste proyecto que contiene un ciclo de conciertos que va “paseando” por algunas ciudades europeas y dónde mezcla música de cinco siglos, tan pronto son melodías poco escuchadas de autores contemporáneos como música clásica. Esta ruptura de ritmos obliga a que el “oído” permanezca alerta todo el tiempo.
Lo que tocó en el concierto al que yo asistí, en el Royal Festival Hall de Londres fue Chopin (romántico), Debussy (“impresionista” del XIX y principio del XX) y Boulez (compositor contemporáneo).


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