27 de agosto de 2010

El Museo del Barrio

Otro de los museos que me despertaba mucha curiosidad junto con el American Folk of Art, es El Museo del Barrio. Este lugar surgió en 1969, en pleno Spanish Harlem por ser una zona de mayoría puertorriqueña. Ahora se han trasladado a un bonito edificio en la “afueras” del barrio, concretamente en la milla de los museos (5th Av. con 104 Str.), al situarse tan arriba de la famosa 5ª Avenida, la zona conserva parte de su encanto original por su proximidad a áreas hispanas y además, todo lo que pilla cerca de Central Park gana puntos extras. Hagas lo que hagas en esta ciudad, si estás cerca de Central Park, es obligatorio una parada en este universo verde de ardillas gordas, hot dogs y gente peculiar.

La colección propia del museo es muy pequeña pero ofrecen una retrospectiva de Rafael Ferrer (Puerto Rico, 1933) que merece totalmente la pena, Retro/active: The work of Rafael Ferrer.
La muestra reúne el trabajo de los últimos 55 años de carrera de este puertorriqueño, toda una vida, vamos. Pintura, escultura, dibujos y algunas instalaciones de materiales efímeros. Según nos contó el seguridad del museo (por alguna extraña razón, en esta ciudad los vigilantes de sala son de lo más habladores), es un señor muy amable y carismático que supervisó personalmente la exposición.

Ferrer (Museo del Barrio, Nyc - 2010)

Cuando Ferrer, allá en su temprana juventud empezó a pintar, en Manhattan reinaban los caribeños como los puertorriqueños Tito Puente y Tito Rodríguez, o el cubano Machito. Al igual que ellos, Ferrer comenzó su carrera como músico pero finalmente encontró en la pintura un vehículo con que lograba expresarse más libremente. Autodidacta, como no podía ser de otra manera, la pintura supuso un espacio de libertad personal. Según él mismo declara, le inspiraron especialmente Picasso, Juan Gris, Matisse y Julio González.

Merengue en Boca Chica, 1983. Ferrer (Retrospectiva en Museo del Barrio, Nyc - 2010. Pertenece al Met de Nyc)

Sus obras impresionan por el color, que aporta vida propia hasta casi oír la música que emana del músico recostado bajo la palmera. El espíritu caribeño está tan presente que hasta casi podrías ahorrarte el billete de avión a uno de sus chiringuitos playeros. Me llamó particularmente la atención su perspectiva, tan artificial y real al mismo tiempo, tan mágica como hacer un viaje al Macondo de García Márquez.

Ferrer (Museo del Barrio, Nyc - 2010)

En el 66 se traslada a Nyc suponiendo un cambio en su obra. Y del 85 al 96 se sucede una década en la República Dominicana donde la tendencia expresionista dominará los óleos. En Nyc de nuevo, su mirada socio-política continúa sutil junto a un lenguaje poético, con toques de humor y un fondo alegre y pasional como su sangre caliente.
Acabo citando una frase suya:

“la pintura es algo que se lleva por dentro“.
Y yo añado, joder, ¡qué cierto!


Además de esta maravillosa exposición me llevo dos descubrimientos extras:

Wifredo Lam

Wifredo Lam (Sagua La Grande, 1902 - París, 1982), cubano con sangre china por parte de padre y madre de origen africano, indio y europeo. Representa el auténtico mestizaje. En los años 20 se mudó a Madrid donde estudió pintura, recibe la influencia de Matisse y y queda fascinado con Picasso. Lógicamente en el 38 se traslada a París donde el propio Picasso le tutela, potenciando su gusto e interés por le arte y máscaras africanas que ambos comparten.

Eugenio Fernández Granell

Eugenio Fernández Granell (La Coruña, 1912 - Madrid, 2001). Otra víctima de la guerra civil española y exiliado como consecuencia directa. Se unió a corrientes surrealistas y expuso con Wifredo Lam y Max Ernst. Su primera gran obra fue adquirida por el MOMA de Nyc, ciudad en la vivió un tiempo.

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