23 de junio de 2010

Esta vez, salgo con un propósito concreto, que será visitar una exposición pero de camino a la galería, hago tantas paradas que me resultan inevitables, tan interesantes o más que el destino final. Vamos por partes:

(Vista de Meatpacking district)

Paseíto por el Meatpacking district, una zona bastante desconocida para mí porque por alguna extraña razón me da una pereza espantosa arrastrarme hasta esa parte de la ciudad (lo sé, el colmo). Pero hay una fuerza mayor que me atrae, exposición de Kiki Smith. De mis artistas vivas favoritas (qué horror lo de viva, ¿no?) que además vive y trabaja en Nyc.
Aunque no sepas dónde estás, puedes ver con claridad que ya has llegado a esta peculiar área de la ciudad, que es además la típica zona que ha cambiado muchísimo en los últimos años. Las calles se ensanchan, y aparece una especie de zona industrial que antiguamente y como su nombre indica eran grandes almacenes de carne. Ahora está invadida por tiendas de lujo, galerías con renombre y restaurantes deliciosos que disfrazan sus muros con grafittis y pintadas de las más variadas calidades asumiendo que esto es lo cool. Eso sí, una vez allí me di cuenta de que era sábado por la multitud de turistas y “locales” que andan con sus mejores galas rodeados de amigos gays y/o heteros, bebés y perros.

(Aunque no lo parezca a simple vista, lo que ahí se esconde es una tienda de lujo)

Dejando a un lado las hordas de gente que esta zona atrae, el sitio merece la pena, especialmente desde que el High Line quedó abierto tras 10 años de proyectos. Leí en alguna parte que al final del 2009, como un millón de personas se han paseado por aquí. Ni más, ni menos. Por suerte, no todas pasean al mismo tiempo y el recorrido resulta de lo más agradable.
El High Line es un parque elevado que va desde Gansevoort Street hasta la 20th Street, en Chelsea, y continúa su construcción hacia uptown, hasta la 30th Street y puede que incluso hasta la 34th en un futuro. Precisamente es Gansevoort la calle elegida por el Whitney Museum para ubicar una nueva sede del museo con un edificio diseñado por Renzo Piano.

(High Line. Nyc)

El parque está situado en unos viejos raíles originales de los años 30 que servían para transportar productos alimenticios hasta la zona del río. En los años 80 se dejaron de utilizar y los siguientes 20 años han permanecido abandonados, convirtiéndose en un lugar salvaje lleno de plantas. De alguna forma ha ido sobreviviendo a las muchas tentativas de ser destruido, hasta que en 1999, un grupo local de residentes vio el potencial que este lugar tenía como lugar público. En el 2006, tras años de negociaciones entre entidades privadas y la ciudad de Nyc, llegaron a un acuerdo e iniciaron las obras pero sigue siendo un proyecto privado que no pertenece a la ciudad, por lo que depende de donaciones. De ahí que se vaya ampliando según los fondos que se tengan.

(High Line. Vista hacia Uptown y las futuras ampliaciones)

El diseño del espacio es de James Corner Field Operations, en colaboración con la firma de arquitectos Diller Scofidio + Renfro. No deja de sorprenderme la habilidad y el buen gusto que tienen en general en el extranjero (pongo como ejemplo ciudades que conozco como Londres, París, Berlín, Boston, Nyc …) a la hora de rehabilitar espacios públicos de ocio. Con un par de plantas y unas tablas se fabrican unos espacios realmente acogedores dónde rápidamente la gente instala su manta, saca su libro y ¡ala! a pasar el día. No diré nombres pero Señor cuyo apellido empieza por Gall y acaba por don, viaje un poquito con ojos abiertos y aprenda a hacer de la ciudad un lugar agradable y no hostil, ¡¡aprenda que existen otros materiales además del hormigón..!! ¡¡Aprenda a rehabilitar en vez de a destruir!!
Dicho esto, confirmo que en el caso del High Line, el resultado es un maravilloso jardín salvaje a la vez que cuidado, público pero íntimo, que consigue guardar las similitudes con el espacio abandonado de los 80 y está pensado para enriquecerse con el paso del tiempo. Hay hamacas, invita a pasar tiempo, caminar, descansar, apreciar las vistas del río, e incluso incluye, en la 17th Street, una especie de anfiteatro moderno que permite ver una vista deliciosa de la ciudad.

Alineación al centro(Detalle de instalación artísitica. High Line. Nyc)

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