21 de marzo de 2010

Felix Valloton

Tras más de diez días sin poder actualizar el blog por motivos varios, se me presenta por fin el momento de intimidad idóneo para ello. Tumbada en mi sillón, escuchando a Kings of Convenience, dejo mi mente divagar y me preguntó sobre qué me apetece escribir hoy. Entonces, reparo en aquella antigua postal que compré como souvenir en Le museé d´art et d´histoire de Geneve. No hay nada que me resulte más gratificante que descubrir pintores por motivos basados en la casualidad. La sensación es totalmente distinta a cuando esto ocurre a través de los libros y principalmente por que ése artista en cuestión pertenezca al temario del que te examinarás en algún momento. Encuentro realmente romántico pasear por algún museo perdido o fuera de los circuitos habituales y sentir la atracción de algún cuadrito pequeño, dejarte atrapar por una imagen cautivadora, comprobar el nombre del artista y sorprendente porque se trata de alguien que te suena remotamente pero que no recuerdas nada concreto de su trayectoria.
Esto me ocurrió con Félix Valloton. “Coloque sentimental” (1898) es una obrita sencilla en pastel y gouache sobre papel. Es íntima y bella. Cursilerías aparte, despierta mi curiosidad y hasta ese lado voyeur que todos tenemos. En la penumbra de una habitación, él le susurra algo al oído a ella. Apenas distinguimos las siluetas de la pareja pero es la luz de la habitación la que contagia su complicidad. El misterio de lo que está ocurriendo llena la escena a través de una habitación acogedora decorada en tonos cálidos, con todos esos libros y las rosas frescas.


Félix Valloton (Lausana 1865-París 1925) fue pintor y grabador suizo. Miembro del grupo Nabis aunque no contó con el prestigio de Bonard ni Sérusier. Curiosamente se vende bien y suele estar presente en subastas e importantes museos, e incluso en vida tuvo cierto éxito comercial (especialmente en los años posteriores a 1908 y hasta el comienzo de la I Guerra Mundial).


Este grupo de artistas del que formó parte, fundieron las enseñanzas de Van Gogh, Gauguin y Toulousse-Lautrec en un estilo definido que más tarde heredará la generación posterior capitaneada por Cézanne.
El color juega un papel primordial en su obra, jugando con la yuxtaposición de colores puros. Entienden el arte como una manera subjetiva de expresar sus emociones. Los sentimientos pasan a ser el motivo principal del motivo a representar, siendo esta relación entre color y sentimiento la clave para entender sus obras.

La obra Valloton está formada principalmente por interiores, desnudos y paisajes. Comparte muchas características comunes con los Nabis, como el tema del ámbito burgués y doméstico, la paleta de colores planos y el gusto por el cartón y el papel por ser materiales que absorben fácilmente el color, permitiendo que los colores se maticen y pierdan agresividad.
Es interesante destacar que este movimiento Nabi, a través del empleo de litografías, vidrieras, grabados, dibujos, ilustración de libros y revistas, etc…. ayudó a una rápida difusión de su estilo entre el público, mostrando un claro y temprano interés por la democratización del arte.

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