Lucian Freud

Doble retrato
Lucian Freud

El día 20 moría en Londres Lucian Freud, uno de los principales representantes de la Escuela de Londres. Es Manuela Mena (jefa de conservación de pintura del siglo XVIII y Goya en el Museo del Prado) quién le da la despedida con un bonito y breve artículo publicado por El País. Le resulta inevitable buscar una comparación romántica del pintor británico con uno de los grandes, Goya. Ambos tienen nombres que hacen alusiones al poder de la luz y a la importancia de ésta en su vida y en su obra. Lucian Freud y Goya y Lucientes.

Mena hace un ejercicio de reflexión y retoma sus entrevistas con el pintor. ¿Qué temores podía tener un artista como Freud, que se supo reconocido y triunfador ya en vida? Justo me preguntaba esto cuando Mena parece adivinar mis dudas y me responde. Pues miedo al futuro y a que la huella dejada no permanezca grabada en la eternidad. Miedo a caer en la oscuridad de la historia del arte. En definitiva, el eterno temor de todos los pintores de no ser Velázquez.

A través de su obra Freud analiza su tiempo, el siglo XX y junto a su abuelo (Sigmund Freud), serán figuras claves para saber un poquito más cómo somos y conocer nuestro lado más oscuro, la soledad que nos rodea, la eterna sensación de vacío, una sociedad fría que no nos sirve de consuelo, el existencialismo como compañero de viaje a lo largo del siglo XX. Lucian Freud desnuda a los suyos y les obliga a la quietud. Observa y retrata no lo que ve, sino lo que adivina, lo que intuye.