30 de enero de 2012

John Dos Passos y la generación perdida


Acabo Manhattan Transfer, de John Dos Passos (Chicago 1896 - Baltimore 1970) y ha sido toda una sorpresa por su original forma de redacción y composición. Manhattan es mi debilidad y conocer algo más sobre esa ciudad siempre me resulta estimulante. Aunque la novela se publicó en 1925, me ha sorprendido la similitud de la época con los años difíciles que vivimos.  La obra está ideada como una especie de mosaico compuesto por trocitos de historias protagonizadas cada una de ellas por personajes diferentes, que a lo largo de 30 años y con aparentemente nada en común, van pasando por delante de nosotros de forma rápida y concisa, hasta que algunas  historias incluso acaban coincidiendo.


John Dos Passos

En realidad la verdadera protagonista no es otra que la Gran Manzana. Personajes que acuden a la ciudad con la esperanza de triunfar y sin embargo es la sensación de fracaso lo que permanece de forma permanente a lo largo de las páginas. Pesimismo y una cierta soledad me llenan el espíritu tras cerrar las tapas del libro y sin embargo digo que me ha gustado. Es interesante cómo John Doss Pasos redacta la novela como si se tratara de un artículo periodístico casi, sin entrar apenas en la psicología de los personajes y creando una forma nueva de escritura que influirá en escritores posteriores.

Manhattan (principios del siglo XX)

A este grupo de escritores norteamericanos y compañeros de bares, tertulias y viajes les une mucho más que su notable pluma. Forman la Generación Perdida (Lost Generation), bautizados así por Gertrude Stein cuando todos residían en París. 

 Ernest Hemingway (primero por la derecha) con John Dos Passos (primero por la izquierda), Joris Ivens (de espaldas) y Sidney Franklin en Madrid durante la guerra civil.

John Dos Passos, Ezra Pound, William Faulkner, Ernest Hemingway, John Steinbeck, Francis Scott Fitzgerald… vivieron en Europa desde finales de la Primera Guerra Mundial hasta la Gran Depresión, casi todos ellos como periodistas con una fuerte tendencia política de izquierdas y una estrecha relación con España, especialmente John Dos Passos y Hemingway, a los que además les unía una estrecha amistad. 
Sufrieron los horrores de las tres guerras (la primera, la guerra civil española y la segunda), previamente conocieron la «Época airada» de la economía americana, cuando los grandes bancos quiebran por el fraude bancario extranjero dueños del Banco Federal (¿os suena?), los años 20 y el tráfico de alcohol provocado por la Ley Seca, seguida de la gran depresión del 29. Y todos ellos escriben sobre la época en la que viven, cada uno a su manera y estilo pero relatando lo difícil de una sociedad en crisis. Manhattan Transfer relata la cara oscura y hostil de la gran ciudad mientras que El gran Gatsby, de Fitzgerald (otra delicia) conforma la cara brillante de la misma, envolviendo el materialismo de una sociedad que acaba con el crack del 29. Mientras que John Steinbeck relata en Las uvas de la ira el efecto de la crisis en el campo.

22 de enero de 2012

Libro de la semana: Rusty Brown, de Chris Ware

 Portada de Rusty Brown, por Chris Ware

No es novedad pero sí obligatorio. Hablo de The Acme Novelty Library, la serie creada por Chris Ware. A partir del número 16, es él mismo quién la produce, imprime y publica, provocando el nacimiento de una nueva novela gráfica protagonizada por el personaje Rusty Brown. Aunque cualquier obra del autor es fantástica y recomendable al máximo.

Rusty Brown, por Chris Ware

Chis Ware (1967, Nebraska) es de los ilustradores e historietistas más importantes, no sólo por el peso y valor de su obra sino también por la influencia en las generaciones actuales.
Es arriesgado y valiente, por lo que ha acabado renovando el género. Huye de la habitual secuencia lineal de las viñetas para idear distintas líneas de historias que funden imágenes y textos. Esto podría ser un caos si no fuera porque reduce el dibujo a su mínima expresión, las perspectivas son simples y los colores planos. Al mismo tiempo todo queda unificado por el diseño. El ritmo de las historias va marcado por la combinación de distintos tamaños de las viñetas. 

 Viñetas de Rusty Brown, por Chris Ware

Algunos acusan al resultado de frío o de falta de emoción y sin embargo fue lo contrario lo que más me llamó la atención cuando leí sus historias, la sobredosis de sentimiento tan patente en cada dibujo. Hay un hecho en la vida del artista que marca el carácter íntimo de las historias que cuenta, la falta de una presencia paterna a lo largo de su infancia. El resultado son historias conmovedoras y emotivas, en las que el abandono, la soledad o la falta de comunicación quedan geométricamente marcadas en sus páginas.

Viñeta de Rusty Brown, por Chris Ware

19 de enero de 2012

Libro de la semana: La Carnicería, de Bastien Vivés




BELLO. Doloroso. Breve. Intenso. Poesía dibujada.
A tus pies, Bastien Vivés.


Publicado por Diábolo Ediciones (diciembre 2011)

15 de enero de 2012

Le vilain Yves Saint Laurent

La vilaine Lulu, de YSL.

La Fundación Mapfre ha ofrecido en colaboración con la Fundación Pierre Bergé-YSL la primera retrospectiva celebrada en España de Yves Saint Laurent (Orán, Argelia, 1936 – París 2008). Hasta aquí ninguna novedad, es decir, todos los que andamos por Madrid estábamos al tanto. Lo que no sabía, al menos yo, es que Yves Saint Laurent tenía un libro de historietas titulado “La vilaine Lulu” que dibujó cuando tenía 20 añitos y trabajaba en el atellier de Dior.

Historietas de La Vilaine Lulu, de YSL.

El artista ideó este delicioso personaje para retratar a la alta sociedad parisina y como una crítica contemporánea. Lulú, a pesar de contar con 10 años, es perversa y pícara, tiene como mascota a una rata y va ideal con su sombrerito veneciano y su sonrisa de oreja a oreja. 

Imagen de las láminas ilustradas por YSL sobre La Vilaine Lulu.

Yves S. Laurent a pesar de tener 20 años había conseguido que el gran Dior se fijará en él e intuyera ya de alguna forma un futuro brillante y prometedor. Por su parte, YSL era joven, ambicioso, rebosaba energía, creatividad y veía cómo su sueño se hacía realidad. Tenía juventud, talento y París a sus pies. Es cierto que su camino no fue fácil y que la vida también le deparó momentos amargos pero en aquél instante, de la mano de Lulú encontró una forma divertida e inocente de decir todo lo que pensaba.  

Portada del libro editado por Tchou.

En 1967 Claude Tchou publica “la vilaine lulu” por primera vez y en 2003 se reedita de nuevo.
Si no conocéis la obra, googlelearlo ahora mismo porque merece la pena, y sino también podéis comprar el libro. Si además habláis japonés, además de vacilar a vuestros amigos, os podéis ver la serie animada basada en el personaje y que se ha titulado Otenba Lulu

5 de enero de 2012

El premio de la semana: Enlightened


Hay al menos un momento en la semana muy nuestro, cuando nos quedamos a solas con pequeños ritos particulares que no queremos compartir porque ahí está el verdadero placer, en la intimidad.
Una amiga me comentaba cuál era últimamente el suyo y yo la imaginaba bajo el edredón, tras un largo día de trabajo, saboreando una copa de chocolate recubierta de nata y con su serie favorita. La serie es Enlightened y tras su insistencia, decidí darle una oportunidad. Curiosamente las palabras que me llegaban por otros lados sobre la serie, de la cadena HBO, eran “bah” y “raruna”. Pero encendí el disco duro, le dí al play y a los 10 minutos entendí lo que mi amiga quería decirme. No sé si la serie es buena o mala, solo digo que a mí me ha conquistado.
Laura Dern, con ayuda de Mike White, crea, produce y protagoniza la serie.
En todas partes leo que a la protagonista, Amy, la definen como una mujer autodestructiva. Bueno, yo no la veo así. Veo a una tía de 40 que un día no puede más. Que hace balance de su vida y no está dónde se imaginaba 10 años atrás, como la gran mayoría de nosotros. Decepcionada y cansada decide que ha llegado el momento de hacer algo al respecto y aunque no tiene ni idea de cuál es el siguiente paso, no se conforma con la apatía. Con humor y buen rollo, comienza la búsqueda de su pequeña porción de felicidad. Por un lado, vemos a Amy compartir con el espectador su auto análisis sincero y honesto para aprender a conocerse mejor y sus intentos por llegar a saber quién quiere ser y a quién quiere en su camino, mientras explora las relaciones con los que la rodean. Al  mismo tiempo, me gusta mucho cómo se muestra al personaje con sus diferentes caras, su lado más egoísta o el más tierno. Bueno, o te gusta porque te identificas con ella o la detestas. Así que allá cada uno.