27 de noviembre de 2011

Lotte Reiniger y la magia del trabajo

Lotte Reiniger

Tengo una compañera de trabajo que me deleita con todo lo que sabe sobre ilustración. Entre café y café, me cuenta sus últimos descubrimientos y de vez en cuando le viene a la mente alguna “reliquia” del pasado. Así que es muy habitual que vuelva a casa con los bolsillos cargados de post its con nombres que googlelear y entre tantos un día apareció Charlotte Reiniger (1899 Berlín - 1981 Dettenhausen, RFA). Esta vez no se trata de una ilustradora sino de animadora/cineasta, ¿he dicho la fecha en la que comienza a trabajar? ¡1920!

Lotte Reiniger trabajando

Desde el principio vio claro lo que quería y fue directa a por ello. Entró a formar parte del grupo de teatro de Max Reinhardt muy pronto, dónde también colaboraba Wegener y enseguida pasó a ser su ayudante haciendo los subtítulos de El flautista de Hamelín. Gracias al éxito obtenido, fue admitida en el Instituto de Innovaciones Culturales de Berlín. Allí se especializó en animación experimental y conoció Carl Koch, su futuro marido además de colaborador de producción y fotografía en las películas y cortos que harían a lo largo de su relación.

Lotte Reiniger trabajando (detalle)

En 1923 comenzó su gran obra, Las aventuras del príncipe Achmed (Die Abenteuer des Prinzen Achmed), posible gracias a la financiación de un banquero, Louis Hagen, que patrocinó el proyecto en el que trabajó duramente durante tres años hasta que en 1926 veía la luz este maravillo largometraje, el más antiguo de animación que se conserva.
Reiniger usó por 1ª vez una cámara multiplano, algo que años y años más tarde, se usará en películas de animación más modernas como las de Walt Disney.
La cantidad de películas realizadas es muy generosa y ni la llegada de los nazis pudo frenar sus ansias creativas y artísticas. En la década de los 50 emigraron a Londres, donde una vez viuda, continuó creando sus pelis, muchas para la BBC y casi todas basabas en cuentos de hadas clásicos.

Imágenes pertenecientes a Las aventuras del príncipe Achmed, de Lotte Reiniger

La belleza de su trabajo no sólo se observa en el resultado final sino en todo el proceso. En youtube es posible ver documentales en los que se ve cómo construye las historias y por supuesto las historias acabadas. Es fascinante.

Imágenes pertenecientes a Las aventuras del príncipe Achmed, de Lotte Reiniger

18 de noviembre de 2011

Angeles Santos y el mundo

Hay una obra en la colección permanente del Museo Reina Sofía (MNCARS) que a pesar de no estar publicitada, capta todas las miradas. Entre los grandes “best sellers” del Guernica (Picasso) y la Muchacha en la ventana (Dalí), aparece un cuadro arrebatador y misterioso. El mundo, de Ángeles Santos.

El Mundo, de Ángeles Santos (colección MNCARS)

Muchas son las sorpresas que me llevo en mi día a día en el museo, pero una de las más gratas ha sido comprobar que hay obras que realmente conmueven, despiertan emociones y curiosidad.
Digamos que esto me consuela de tanta pasión absurda que levantan otras como Muchacha en la ventana, de Dalí. Reconozco mi antipatía por el artista y desde luego, me resulta difícil disimular el desagrado que me produce esta obra en concreto. Es lo más parecido a si tuviera que tragarme algún programa de Telecinco. En cierta forma lo que despierta en mí no solo el cuadro, sino el merchandising que lo rodea, es el terrible malestar que supone el reconocimiento de la mediocridad de la vida. De la tuya propia. Insoportable de tragar.
Y entonces aparece Ángeles Santos, despacito, con calma y honestidad. Pocos son los visitantes que no reparan en ella y pocos los que no se llevan la postal como recuerdo de una pintora que, me apuesto el sombrero, menos aún conocen.

Yo en cambio, me derrito ante Tertulia (1929) dónde la pintora se retrata con sus amigas en una tarde posiblemente invernal de domingo, una de ésas en las que el aburrimiento obliga a la pereza o al revés, pero que con el paso de los años recuerdas como un momento mágico.
Ángeles Santos escribió al comienzo de su carrera: “Mi obra es sólo la que pueden hacer las mujeres... es estar cerca de realidades mientras se pinta”.

Tertulia, de Ángeles Santos (colección MNCARS)

Pocas son las mujeres que forman parte de la colección del museo, algo que se intenta remediar organizando con bastante frecuencia exposiciones itinerantes de otras artistas.
Ángeles Santos fue otra de ésas artistas que a pesar del poco protagonismo del que gozan por parte de la sociedad actual, recibió todo el apoyo de la crítica de la época.
Su estilo sufrió un giro y adquirió un compromiso con el realismo mágico, muy dado entre artistas de su generación. Hace unos días fue su cumpleaños. Cumple 100 años. Qué bonito y adecuado sería un homenaje como se merece, en vida.

17 de noviembre de 2011

La utopía de la igualdad


Especial 20N en pikaramagazine.com

8 de noviembre de 2011

Fiesta Píkara


Cartel para la celebración de la revista Píkara.
La ilustración es mía, el diseño del cartel es de Andrea Momoitio.

Premio Nacional de Cómic 2011


Hoy me he despertado con una buena noticia. Santiago Valenzuela gana el Premio Nacional de Cómic. Un día cualquiera del 2001 llegó mi novio a casa y dejó delante de mí un ejemplar de Horizontes Lejanos junto a un “leélo, mola“. Me quedé mirándolo extrañada mientras lo ojeaba. Media hora después no podía parar de leerlo. Aquella aventura del Capitán Torrezno me tenía boquiabierta. Aún me recuerdo la sensación que me produjo la historia. Qué fantasía, qué habilidad para idear aventuras y mundos paralelos, qué divertido, qué ocurrente. Qué merecido éste premio. Mola.

6 de noviembre de 2011

Comix from girls to grrrlz - Introducción


Llega el invierno y con él mi nuevo apartado de autoras de cómix de literatura contemporánea femenina, que empezó en los 70. No podré escribir de todas, lógicamente, por lo que sólo me centraré en las que más me interesan.
Me preguntaron el otro día si es que sólo leo cómics escritos/dibujados por mujeres. No, por supuesto. Leo todo lo que me atrae, pero de forma premeditada elijo aquellos que vienen de autoras. ¿Porqué? Porque encuentro en éste género puntos en común conmigo y con mi trabajo.
En mis estanterías tengo igualmente a grandes dibujantes hombres como a mujeres. Lo que sí reconozco es mi predilección por el género autobiográfico.

En primer lugar me gustaría aclarar el término Comix, que viene de los 60 como una derivación del cómic. Su intención es enfatizar la parte más excéntrica que posee, así como dejar bien claro que va dirigido a una audiencia adulta.
Dicho esto, destaco un punto en común entre las distintas autoras que tanto me atraen: la auto representación. En sus narraciones gráficas cuentan historias que suelen partir de orígenes traumáticos. Visitan el pasado rescatando momentos particulares sobre los que desean trabajar y literalmente redibujan ésos recuerdos (con el riesgo que se produce por el cambio de la memoria tras el paso del tiempo). Historias narradas en 1ª persona, la cuál queda expuesta ante nuestros ojos de espectador (estableciéndose a su vez cierta relación con el vouyerismo).
El cuerpo es tomado realmente en serio y pasan a tener relevancia temas que habitualmente estaban relegados al silencio e invisibilidad de lo privado, como la sexualidad y los traumas infantiles. Es un ejercicio de memoria para el que Lynda Barry inventa el término “autobifictionalography” ( ¿autobioficcionagrafía?) porque se reúne en una sola categoría la no ficción y la ficción.

Dibujo de Lynda Barry haciendo la gran pregunta

Es fascinante y al mismo tiempo preocupante que no haya otro género artístico donde sea posible que la mujer hable por un lado con tan honda sinceridad y al mismo tiempo pueda mostrar imágenes que detallan el día a día de una vida fuera de los estereotipos y encasillamientos. A toda esta carga emocional, le sumo la importancia de la escritura a mano. Es un todo que crea una sensación íntima muy semejante a la de leer una especie de diario.
Se libera así al cómic de su aspecto más inocente para convertirse en un proclamo de los intereses feministas.

Portada de “Binky Brown conoce a la Santisíma Virgen María“, de Justin Green.

El 1er cómic contemporáneo dentro del género novela gráfica es de Will Eisner, “Un contrato con Dios“ (1978). Pero unos años antes, en 1972, se publicaba en el mundillo underground “Binky Brown conoce a la Santisíma Virgen María“, de Justin Green. Éste es el texto de mayor influencia hasta el momento y con él queda inaugurado cómic como un medio de autoexpresión.

Portada de las Obras Completas de Robert Crumb, editadas en España por Sins Entido.
El más influyente es, ¡como no! Robert Crumb, underground y controvertido, suyo es el slogan que abandera éste género: sólo para adultos intelectuales. Honestidad devastadora y molesta en muchos casos. Valiente genio loco. Linda Barry confesó que cuando con tan sólo 12 años vio a Crumb se dio cuenta de que en cómic, se puede escribir sobre lo que se quiera.

Portada de Need More Love, de Aline Kominsky Crumb

Justin Green y Aline Kominski-Crumb ven en el material personal toda una posibilidad para tratar en sus cómics. Trina Robbins crea en los 70 el 1er libro hecho enteramente por mujeres “It Ain´t me babe: women´s liberation“.

Portada de It Ain´t me babe, de Trina Robbins

Trina Robbins, una de las autoras que más ha escrito sobre el tema, recuerda en uno de sus libros que las pocas mujeres que se dedicaban al comic en la década de los 70, se dirigieron al underground, por lo que el movimiento se relaciona directamente con la segunda ola feminista. Pero todo esto ya es historia porque el underground, señores, acabó en los 80. Al menos en teoría.

*Si a alguien le ha interesado algo de lo que cuento, ya escribí algo relacionado en un artículo anterior aquí publicado, llamado Crumb & Family. Etiquetado también en el apartado de Cómic.